Una nueva estrella...Liniers.-

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domingo, 24 de agosto de 2008

Una pesadilla que quita el sueño de campeón


Buenos Aires, Sábado 23 de agosto de 2008.
(Prensa Vélez – Estadio José Amalfitani).

Vélez ganaba en el complemento con una buena jugada colectiva capitalizada por Víctor Zapata, pero nuevamente sus fallas para concretar las situaciones que genera y un tremendo bochazo del volante Matías Giménez lo dejó con un punto que lo aleja de la punta.


Ni la apertura del arco en aquel zurdazo de Víctor Zapata tras una excelente jugada colectiva puede torcer el rumbo de una noche (de un torneo quizás), que paradójicamente viene torcido. Ni la serie de rebotes entre travesaño, pierna de Uglessich, antebrazo de Montoya, cabezazo de Paparatto y salvada sobre la línea, tientan a la fortuna a posarse de este lado. Ni siquiera el guiño del árbitro, que sea quien sea, cada vez que visita Liniers o le toca dirigir a la V azul, pareciera tener una especie de rechazo con cierta urticaria para cobrarle favorable las justas, las injustas, las que ni siquiera existen. Vélez parece como esas personas que a veces maldicen por haberse levantado de la cama a la mañana. No le sale una por más que intente y lo intente todo.

Cambiada la dupla de ataque, según lo que el mandato divino del hincha aclamaba desde la popular, desde el café de la esquina, desde el Sitio Oficial en la encuesta. El rapidito de Jonathan Cristaldo junto al exquisito Rodrigo López eran las cartas de gol con las que contaba Tocalli para tratar de ganar en casa. El resto, el mismo equipo y esquema de memoria (como le gusta repasar al técnico). Así iba Vélez con el orgullo herido a buscar lo que siente por historia suyo, la victoria. En frente, el puntero del campeonato que debía jugársela más que un poco si quería seguir siendo el puntero del campeonato.

Para mostrar que la cosa venía oscura, (como la noche), en el primer tiempo se hamacó Cristaldo desde la derecha y sacudió con la pierna perfilada estrellando su remate contra el poste cuando Islas solo contemplaba el desenlace de la jugada. El rebote le quedó en el pecho a Rodrigo López que no pudo controlar el balón y permitió la repentización del guardameta. Una razón más para justificar la mufa. Sucesivas jugadas que eran desperdiciadas y dilapidadas como un camino hecho con piezas de dominó. Y atrás se sufría. Porque las pocas con las que se animaba Tigre, lo encontraban al Fortín mal parado y con la figura de Germán Montoya que se agigantaba tapando huecos y atragantando gritos de gol en la popular visitante.

Vélez iba por ganas y obligación. Tigre esperaba por sabiduría y conveniencia. Las cartas del juego estaban puestas sobre la mesa y sólo la virtud de los actores principales de la obra, podían ganar la partida.

Pero por más que Vélez tenga la mejor mano del juego, ganarlo y llevarse unos buenos mangos; termina pidiendo limosna. Porque lo tenía para ganarlo, dejando mucho más que todo dentro del campo de juego, desahogando la furia por el gol esquivo, reconciliando al sueño con la ilusión; y un zapatazo de Matías Giménez como un extracto de otro partido, lo deja con las manos vacías, con la cabeza golpeada en la mesa, con más deudas y cuentas pendientes.

Sólo el aliciente histórico del último grito sagrado dentro del fútbol argentino le da la mano y le acaricia la resaca. En aquel Clausura 2005, el de la última estrella bordada en la camiseta; pasada la tercera fecha, el puntaje era el mismo con dos empates y una derrota.

El final de la historia de aquel año es por todos, conocida. ¿Cuál final le tiene preparado el fútbol a este plantel actual de Vélez que recuperó dos estandartes de aquella lucha?. Hoy la incertidumbre, la bronca, la mala fortuna; es la misma de ayer.

Esta noche habrá un desvelado más luchando contra el insomnio futbolero repetido. Vélez pide despertarse a gritos de una pesadilla que le quita el sueño de campeón.

Fuente: Sitio Oficial.-

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