Una nueva estrella...Liniers.-

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martes, 19 de agosto de 2008

Basta de humillación

Habría que decirle a Hugo Tocalli que es muy preocupante que en apenas la segunda fecha de un campeonato que nos encontraba con la ilusión en alza, ya la soga esté muy tensa y abruptamente no quede demasiado márgen para más errores. Habría que explicarle a este director técnico con aspecto de bonachón, amable con quien quiera dialogar, que para dirigir a un Grande con aspiraciones eternas se necesitan otras características, otra vocación para plantar al equipo, otra determinación para tomar decisiones sin que le tiemble el pulso. Habría que comentarle al bueno de Hugo que ya irritan sus reiteradas excusas post-partido, que envuelve con celofán palabras lindas pero vacías de contenido. Habría que hacerle observar, también, que no entra en la cabeza de nadie su obstinación de mantener en el equipo jugadores inútiles e improductivos sabiendo que hay otros en el banco que son superiores en rendimiento y aptitud. Habría...
Si Silva parece un jugador amateur, de recursos primitivos, de una tosquera que provoca una risa que dan ganas de llorar, que se pierde goles inadmisibles, que no pesa en absoluto como debería. Si Uglessich siempre dá ventajas, pierde marcas que nos cuestan goles y más goles, se desconcentra seguido en un puesto que no lo permite. Si López exhibe una versión light, intrascendente, anodina, a años luz de los antecedentes que nos pintaron en la previa. Si Montoya no demuestra seguridad y confianza a sus compañeros y se lo nota vulnerable cada vez que lo exigen a fondo. Una verdadera lástima lo de Tobio porque la venía rompiendo como de costumbre y es la máxima joya a futuro que tenemos, pero la infantilidad que cometió producto de su inexperiencia fue vital y clave para terminar de liquidar el partido. No es cuestión de vapulearlo pero sí reprenderlo y hacerle ver que no puede tropezar dos veces con lo mismo. Es cierto que en el primer tiempo tuvimos merecimientos para pasar al frente, pero eso no es garantía de nada porque si perdonamos una tras otra (la insólita de Silva no resiste análisis) es lo mismo que nada y es la elocuencia de la anemia que tiene este equipo. Rescatamos y celebramos nuevamente la audacia y el trajín de Cabrera para ir y venir y además ofrecerse siempre como rueda de auxilio constante, nos esperanzamos con la desfachatez de un Cristaldo que pide titularidad a los gritos, volvimos a ver a un Martínez movedizo, activo, que puede ser un muy buen recurso. El resto alternó buenas y malas, cayó en el pozo general y es vergonzante que hayamos terminado pidiendo la hora ante un adversario de segundo nivel.
El vendaval de la segunda mitad fue una lisa y llana humillación. Para preocuparse verdaderamente, para encender la luz de alarma, para estar alerta de como será la formación para el próximo sábado. Sería echar nafta al fuego ratificar a los inoperantes, no buscar las variantes adecuadas para empezar la recuperación. Tocalli, no somos una sociedad de beneficencia, queremos ver el profesionalismo por el que tan bien se los remunera a todos al servicio de la gente que copa todas las canchas para ver al Vélez de nuestras vidas peleando en lo más alto y nó en el ostracismo de la tabla.

Por Daniel Ortiz
Columnista de La V de Velez.

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