Una nueva estrella...Liniers.-

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lunes, 13 de diciembre de 2010

Orgullo se escribe con V

Vélez desparramó fútbol en el Juan Domingo Perón y cacheteó con alto vuelo a un frío Racing, ganándole 2 a 0 con un golazo maradoniano de Juan Manuel Martínez y un tiro libre delicioso de Maxi Moralez forzando el desempate; pero la victoria a quince del final de Estudiantes ante Arsenal con goles de Rodrigo López, lo dejó sin chances de campeón. Todos ovacionados, con el orgullo bien en alto.

Buenos Aires, Domingo 12 de diciembre de 2010.
(Prensa Vélez Sarsfield – Estadio Juan Domingo Perón)

Qué difícil es a veces ponerle palabras, encontrarle una explicación a algo que carece de la misma. O por lo menos, cuesta encontrarla. Cómo se puede hacer para hacerle entender a la campaña fantástica de 43 unidades que realizó Vélez Sarsfield, que no le alcanza para ser campeón, para coronarse en este Torneo Apertura 2010 que por estas horas ya es cosa del pasado.

Porque sin lugar a dudas, que este torneo para Vélez no fue uno más. No señor. No se deje confundir con el resultado final y el campeón de turno que celebra levantando el trofeo al que más puntos sumó. Porque en definitiva celebra y reconoce con esa copa que se levanta, que si bien lo tiene merecido el equipo de Sabella, también se sabe que ha sido el que más sumó y justamente eso sumó un empate contra Vélez, la diferencia de dos puntos que le sacó en los partidos ganados de local. Estudiantes ganó los suyos en Quilmes; Vélez ganó todos y empató solo uno en Liniers, justo ante Estudiantes, en aquel recordado encuentro en el que uno no quiso y el otro no pudo. Ahí están los dos puntos de diferencia e indescontables. Punto.

El mejor sin dudas fue Vélez. Porque supo hacer de cada una de las 19 fechas que regala el torneo corto (en extinción) un culto al juego ofensivo y explosivo. Porque este Apertura llevará en sí la marca inmejorable de cómo quiere uno que juegue Vélez, cómo debe salir a disputar cada encuentro, cómo debe rendir y ganarse el respeto de cada rival de turno que siempre fue mezquino a la hora de enfrentarlo. Porque Vélez tuvo que luchar contra eso también en el campeonato, ya que todos se refugiaban y luchaban como nunca; como nunca Gimnasia le jugó a Estudiantes el propio clásico. Contra eso también se repuso Vélez. Porque también tuvo lesiones y llegó a jugar con uno solo de sus defensores titulares (Seba Domínguez) cuando el resto estaba afuera por lesión. Porque además, corrió con la desventaja de jugar siete partidos sabiendo el resultado del Pincha, que hasta había encuentros en los que le sacaba cinco o más puntos de ventaja. Bueno, contra todo eso luchó Vélez y pudo revertirlo en la mayoría de los casos.

Porque el mejor fue en el toqueteo de sus figuras. Porque contó con un Santiago Silva depredador para el gol. A punto de coronarse una vez más como máximo artillero del fútbol argentino (necesita que Stracqualursi de Tigre no marque dos o mas goles este lunes); regaló gritos de gol y festejos de todo tipo. Porque tiene una agallas tremendas para jugar casi desgarrado como lo hizo ante Racing. Porque Silva, el Tanque irrompible, es emblema y símbolo. Porque tuvo a Juan Manuel Martínez en un hándicap de maravilla. Escandaloso fue el torneo del Burrito que se despachó como otro de los goleadores del Fortín con diez conquistas y a uno de su compañero Silva. Porque Martínez con el golazo maradoniano en Avellaneda desparramando hombres de camisa blanquiceleste, reafirmó su condición de jugador all star en un equipo que le encontró un lugar y lo cobijó por la izquierda junto a los que saben. Porque en el Burrito está la explicación de este Vélez. Porque Moralez estuvo siempre como también Cristaldo, con goles decisivos. Porque Somoza fue más líder que nunca con un nivel superlativo. Porque Domínguez fue caudillo y Barovero pieza fundamental para sostener el cero en más de una oportunidad lejos de los flashes de los gritos de gol. En ellos se construyó este Vélez, que le dio una paliza tremenda a Racing en su propia casa, jugando el partido cómo debía jugarlo, pero que incomprensiblemente no le alcanzó para coronar su campaña. Gracias jugadores.

Porque este Vélez tuvo la gestación de un entrenador nacido y criado desde el sentimiento en casa; y eso en el mercado, es una cualidad que escasea. Porque Ricardo Gareca siente como siente uno. Como dice la canción, “sale a ganar, quiere salir campeón… que lo llevan adentro, como lo llevo yo”. Así lo siente Gareca y así lo sentimos todos por él. Gran mérito de este presente maravilloso de Vélez lo lleva prendido en su pecho como una medalla imborrable el entrenador. Porque sin dudas que su continuidad al mando de la institución terminará de redondear un gran equipo y la gloria deseada. Porque Ricardo Gareca es el proyecto que Vélez necesita, y Vélez es el lugar en el mundo que mejor le sienta. La ecuación es perfecta. Gracias Ricardo.

Porque mañana para Vélez será tan igual a hoy. Porque cuando se proyecta a largo plazo el resultado es un Vélez o un Estudiantes. Porque no es casualidad que hoy sean los animadores de los campeonatos argentinos. Decididamente los dos más grandes del Fútbol Argentino en la actualidad, por seriedad, por juego, por lucha y por sobretodas las cosas, coherencia. Por eso, también merecida la coronación para el Pincha, por más que el sabor sea agrio al pronunciarlo por la gloria que quedó en el camino. Porque esa consecuencia de buenas campañas y resultados, de continuidad y trabajo, se debe a la cosecha de la Comisión Directiva que regaló un año centenario inolvidable. Unos cien años a los que sin dudas le faltó coronación del primer equipo, pero el mientras tanto, ha llenado sin dudas el paladar y la panza del hincha velezano. Gracias directiva.

Porque fuimos locales en cualquier cancha. Como en esta tarde en Avellaneda. Porque somos ejemplo y aliento. Porque el azul y blanco estuvo presente siempre en cualquier rincón de la Argentina persiguiendo

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