Una nueva estrella...Liniers.-

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lunes, 14 de abril de 2008

Asi si Velez vamos bien...


¿Puede ilusionarse usted mientras sale de la cancha luego del triunfo de esta tarde noche?. Un interrogante que abre mil puertas y mucho más que un informe periodístico de lo que fue un encuentro de fútbol, que dirigió un Gabriel (Brazenas), por un problema de salud del otro Gabriel (Favale).

En algunos puntos, divididos en dos aguas, el cara o cruz al que juega este Vélez modelo 2008, el de Hugo Tocalli, el que jugamos todos. Con el legado del “ser o no ser” casi impregnado en estas letras que intentan buscar una explicación adecuada a lo que vio en tan sólo noventa minutos de fútbol. Una pregunta, un planteo que establece dos importantes y fuertes argumentos.

Siempre se dice que es mejor empezar por lo malo, o lo que dista de ser bueno pero que no necesariamente tiende a ser malo. En fin y sin más rodeos, la primera afirmación se abre paso en este informe desde las sombras o debajo de la alfombra.

Se hace difícil ilusionarse. Porque este Vélez sigue mostrando algunas flaquezas en cuanto al orden en pasajes grandes del partido y se encomienda fiel a la fortuna y la desgracia del prójimo para no sufrir en carne propia. Claro ejemplo son los balones que rondan el área de Montoya o como la pelota que salvó Sena en la línea luego de un cabezazo de Tonelotto. Porque tuvo un arranque arrasador en cuanto a la cosecha de puntos, padeció una sequía importante de cinco partidos dando muestras de un endeble paso por el Clausura y en esa ciclotimia en la que se sumerge se amenaza con ahogarse. Porque quizás sus individualidades más destacadas no terminan de redondear lo que pretenden y el equipo no puede descansar en ellas.

Sin embargo, en la fría jornada de Liniers existe una arista en donde la fe se sustenta, la ilusión forma una constelación de sensaciones, y la punta del campeonato no aparenta estar distante.

Se puede soñar. Porque se volvió al triunfo luego de un tiempo prolongado ante un rival duro y difícil que le da un atenuante mucho más destacable. Porque en el movimiento de fichas de ajedrez que realizó Hugo Tocalli, sin ruborizarse le pegó una patada al tablero y le cantó jaque a la reina. Porque los pibes cumplen y asumen la responsabilidad que se les otorga, más allá de las dudas. Coronel agarró el medio y le aportó fútbol a la recuperación. Cristaldo aprende en cada roce como defender el balón y de a poco comienza a mirar con ganas el arco rival. Porque este plantel corto en figuras, se sostiene en la labor del equipo aún cuando las figuras no se dan cita en el Amalfitani o en donde juegue el Fortín. Porque debutó Waldo Ponce y su labor en la zaga central defensiva fue más auspicioso que el mismo debut. Porque si bien sufre, recuperó la contundencia, convirtió las que generó, y luego se acomodó el traje que más le gusta: vestir el resultado con la tenencia del balón y ese “tiqui tiqui” que tanto le gusta. Porque Silva volvió al gol y molestó para el primero. Porque en esa labor goleadora suplió a su compañero lesionado y sumó para su causa personal. Porque aún este Vélez debe un encuentro, que de superarlo se invita a hablar de cosas serias de acá al final del campeonato.

Por sobre todas las cosas, este Vélez no debe olvidar lo que hizo en esta tarde del Amalfitani; en donde recuperó la confianza y el juego prolijo y decidido.

En la balanza de la ilusión y lo descreído usted sumará y restará para tener su pensamiento y sensación. Sin embargo, este Vélez sigue dando pelea, aún cuando muchos lo daban y dan por muerto. Simplemente Vélez debe convencerse de que puede y está para más; no hay fantasmas, lo demuestra en partidos como el de hoy en la cancha.

Acompañe, porque este Vélez, el que se equivoca y acierta, quiere dar pelea. Este Vélez se trepa a la ilusión y no se baja.

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