Buenos Aires, Sábado 11 de septiembre de 2010.
(Prensa Vélez Sarsfield – Estadio Pedro Bidegain)
Mucho de atractivo previo presentaba este duelo entre Vélez Sarsfield y San Lorenzo de Almagro por la sexta del Apertura. Mucho se habla en la semana anterior al encuentro, en un fútbol donde cada vez son más los que boquean que los que realmente juegan. No hace falta hacer mucho esfuerzo para saber ubicar en el lugar que le corresponda a cada uno; porque si bien ambos equipos no le encontraron la vuelta al partido, el equipo de Ramón Díaz sí se pareció a ese “Falcon” que marcó al inicio del torneo. Un “Falcon” viejo y gastado.
Porque fue mucho más la lucha que presentaron en tablas ambos equipos que lo que realmente jugaron; pero sin lugar a dudas, si hubo uno que por situaciones y por entereza física mereció un poco más, ese fue el Vélez firme y rendidor de Ricardo Gareca.
Mucho fue lo que propuso desde la lucha el Ciclón en el medio juego, donde se dieron los cruces más picantes de la soleada tarde del Bajo Flores. Porque allí se anotaban para copar la parada por un lado Leo López, Juan Manuel Torres y Diego Rivero (la figura de San Lorenzo por entrega); mientras que por el otro, Franco Razzotti y Héctor Canteros se encargaron de borrar las ausencias de Víctor Zapata y Leandro Somoza. Allí no hubo diferencias. Fue tanto los que ganaron unos como otros y en esa división de juego el más perjudicado siempre fue el resultado final.
Porque en Vélez el tridente mágico de Juan Manuel Martínez, Maximiliano Moralez y Santiago Silva nunca entró en conexión siendo el arma más punzante del conjunto Campeón de América y del Mundo y chocaron con una tarde magistral del Lungo Jonathan Bottinelli. Porque en San Lorenzo, el gigante Sebastián Balsas y el Rayo Juan Carlos Menseguez siendo ambos la carta goleadora del equipo Campeón de la Copa Mercosur y Sudamericana, fueron devorados sistemáticamente por la gran tarde de Sebastián Domínguez y la rendidora actuación de Fernando Tobio.
Con el circuito ofensivo coartado, fue poco lo que pudieron ofrecer el resto de los jugadores de campo; quienes se chocaron constantemente con los circuitos defensivos que ellos mismos generaban.
Así y todo, Vélez tuvo las más claras en la primera etapa. Primero fue Iván Bella. El juvenil se abanicó por la derecha donde pudo haber lastimado mucho más y acomodado a contrapierna mandó un centro al área que se fue cerrando y buscando el ángulo derecho de Albil que mandó al córner cuando Vélez estaba encontrando el primero de la jornada vespertina. Minutos más tarde y en el mejor momento de Fortín en el partido, el centro desde la derecha llegó al área donde entró detrás de todos Juan Manuel Martínez y colocó un cabezazo formidable al palo izquierdo del arquero azulgrana que voló mirando el desenlace de una pelota que le dejó un beso y una flor al parante. Cerca estuvo Vélez por mucho más.
En el complemento fue el mismo libreto, aunque el local comenzó a evidenciar el cansancio
(Prensa Vélez Sarsfield – Estadio Pedro Bidegain)
Mucho de atractivo previo presentaba este duelo entre Vélez Sarsfield y San Lorenzo de Almagro por la sexta del Apertura. Mucho se habla en la semana anterior al encuentro, en un fútbol donde cada vez son más los que boquean que los que realmente juegan. No hace falta hacer mucho esfuerzo para saber ubicar en el lugar que le corresponda a cada uno; porque si bien ambos equipos no le encontraron la vuelta al partido, el equipo de Ramón Díaz sí se pareció a ese “Falcon” que marcó al inicio del torneo. Un “Falcon” viejo y gastado.
Porque fue mucho más la lucha que presentaron en tablas ambos equipos que lo que realmente jugaron; pero sin lugar a dudas, si hubo uno que por situaciones y por entereza física mereció un poco más, ese fue el Vélez firme y rendidor de Ricardo Gareca.
Mucho fue lo que propuso desde la lucha el Ciclón en el medio juego, donde se dieron los cruces más picantes de la soleada tarde del Bajo Flores. Porque allí se anotaban para copar la parada por un lado Leo López, Juan Manuel Torres y Diego Rivero (la figura de San Lorenzo por entrega); mientras que por el otro, Franco Razzotti y Héctor Canteros se encargaron de borrar las ausencias de Víctor Zapata y Leandro Somoza. Allí no hubo diferencias. Fue tanto los que ganaron unos como otros y en esa división de juego el más perjudicado siempre fue el resultado final.
Porque en Vélez el tridente mágico de Juan Manuel Martínez, Maximiliano Moralez y Santiago Silva nunca entró en conexión siendo el arma más punzante del conjunto Campeón de América y del Mundo y chocaron con una tarde magistral del Lungo Jonathan Bottinelli. Porque en San Lorenzo, el gigante Sebastián Balsas y el Rayo Juan Carlos Menseguez siendo ambos la carta goleadora del equipo Campeón de la Copa Mercosur y Sudamericana, fueron devorados sistemáticamente por la gran tarde de Sebastián Domínguez y la rendidora actuación de Fernando Tobio.
Con el circuito ofensivo coartado, fue poco lo que pudieron ofrecer el resto de los jugadores de campo; quienes se chocaron constantemente con los circuitos defensivos que ellos mismos generaban.
Así y todo, Vélez tuvo las más claras en la primera etapa. Primero fue Iván Bella. El juvenil se abanicó por la derecha donde pudo haber lastimado mucho más y acomodado a contrapierna mandó un centro al área que se fue cerrando y buscando el ángulo derecho de Albil que mandó al córner cuando Vélez estaba encontrando el primero de la jornada vespertina. Minutos más tarde y en el mejor momento de Fortín en el partido, el centro desde la derecha llegó al área donde entró detrás de todos Juan Manuel Martínez y colocó un cabezazo formidable al palo izquierdo del arquero azulgrana que voló mirando el desenlace de una pelota que le dejó un beso y una flor al parante. Cerca estuvo Vélez por mucho más.
En el complemento fue el mismo libreto, aunque el local comenzó a evidenciar el cansancio
tremendo del desgaste ante un Vélez que parecía rejuvenecerse con el correr de los minutos. Gareca lo buscó desde el banco primero para sacar a un Martínez de poco brillo por Jonatan Cristaldo; después para darle descanso a un golpeado Moralez (sufrió una leve contractura de abductor derecho) por Gastón Díaz; y más tarde el ingreso de Ricky Álvarez por un cansado Iván Bella. Los tres sumaron buenas intenciones y parecía en cada contra hacer cosas serias para torcer el destino del resultado. Sin embargo, cada chance que quedó en los pies de Cristaldo se fue por arriba del larguero defendido por Albil.
El partido sin embargo terminó en una igualdad que no preocupa por lo que mostró un Vélez que intentó llevarse los tres puntos para Liniers. En cambio será mucha la preocupación del conjunto de Boedo que necesitaba la victoria para treparse y no apostó nunca al arco rival.
Después del partido la misma historia de siempre cada vez que se visita al Bajo Flores. Historias que no entienden del folklore del fútbol y de una gastada; en complicidad con quienes deben brindar seguridad, dictar justicia y hacerla cumplir. Nada de eso pasó en la zona liberada para los barras del local en la salida del visitante. Por suerte y gracias a Dios no tenemos que hablar de una nueva muerte en el fútbol argentino. Pero todo vale en este fútbol, con el perdón del fútbol en sí.
El partido sin embargo terminó en una igualdad que no preocupa por lo que mostró un Vélez que intentó llevarse los tres puntos para Liniers. En cambio será mucha la preocupación del conjunto de Boedo que necesitaba la victoria para treparse y no apostó nunca al arco rival.
Después del partido la misma historia de siempre cada vez que se visita al Bajo Flores. Historias que no entienden del folklore del fútbol y de una gastada; en complicidad con quienes deben brindar seguridad, dictar justicia y hacerla cumplir. Nada de eso pasó en la zona liberada para los barras del local en la salida del visitante. Por suerte y gracias a Dios no tenemos que hablar de una nueva muerte en el fútbol argentino. Pero todo vale en este fútbol, con el perdón del fútbol en sí.
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