Si bien Vélez perdió dos unidades y dejó el liderazgo a manos de San Lorenzo, la sensación es que terminó rescatando un punto en un partido que le resultó incómodo en todo momento y que nunca consiguió dominar. ¿Lanús? Quedó atrapado en medio de una ambigüedad, porque no pudo derrotar al campeón pese a que en el primer tiempo y en el final del partido mostró su mejor versión, esa que lo llevó a ser gran protagonista de los últimos torneos.Hace un par de meses, este partido era un duelo por el campeonato. De hecho, en el torneo anterior fueron dos de los tres integrantes del podio. Hasta esta noche, Vélez venía siendo aquel equipo de andar ganador que alcanzó el título del último Clausura y Lanús había perdido aquella esencia de conjunto capaz de atacar a cualquiera en cualquier cancha y de jugar un fútbol seductor. Sin embargo, bajo el cielo del Néstor Díaz Pérez, el Lanús del primer tiempo se pareció mucho al que peleó el torneo pasado, al que jugaba la pelota con prolijidad, al que utilizaba las bandas para lastimar, al que despertaba entusiasmos en su gente. En aquella entretenida etapa inicial, Lanús fue un equipo capaz de vulnerar a cualquier defensa, incluso a esta de Vélez que es la menos vencida del año.Como contrapartida, Vélez careció de los dos rasgos salientes que lo hicieron protagonista y campeón. Esta vez, a Vélez le falló la ley del área. No fue ni sólido en la suya ni contundente en la rival. Hernán Rodrigo López y Jonathan Cristaldo, que eran el temor de todos, estuvieron erráticos y dilapidaron una chance de gol cada uno en el arranque del juego. Lanús se puso en ventaja luego de tomar a contrapié a la defensa de Vélez. Fabián Cubero se vio obligado a cometerle una falta a Eduardo Salvio. Era para tarjeta roja porque se trató de una situación manifiesta de gol, como dice el reglamento, pero Diego Abal sólo le sacó amarilla al hombre de Vélez. De esa jugada llegó el gol de Velázquez, a los 17, con un tiro libre que no logró contener Germán Montoya.Hasta ese momento se habían repartido las llegadas. Pero a partir del 1 a 0, Lanús comenzó a manejar la pelota con más prolijidad, tuvo mucha movilidad y aparición por sorpresa de los laterales, metió cambios de frente inteligentes, y contó con la astucia de sus volantes externos. Con todas esas variantes de ataque, el local complicó permanentemente a un Vélez que parecía perdido en la cancha.Lanús incluso se podría haber ido con algún otro gol más de ventaja al entretiempo si no hubiera sido por Montoya y por la falta de precisión de Cristian Menéndez y Salvio en el último toque.A partir de la ventaja, entonces, Lanús volvió a ser aquel Lanús que encantaba en el torneo pasado y que se quedó en la antesala de la consagración. Por eso no resultaron casuales lo aplausos del final del primer tiempo, que se parecieron mucho a una ovación.Pero Lanús cometió un error clave: no haberse animado a darle continuidad a su buen juego de la etapa inicial. Se quedó, perdió la frescura anterior. Y Vélez llegó al empate más al amparo del azar y la constancia que del buen juego. Cuando iba y chocaba de manera casi recurrente, encontró el 1 a 1 con un remate lejano de Leandro Somoza, su mejor jugador, a nueve minutos del final.Tras el empate, Lanús volvió a ser el equipo ambicioso, intenso y audaz del primer tiempo. Abal le anuló correctamente un gol a Salvio por posición adelantada, Marco Torsiglieri despejó casi sobre la línea un cabezazo de Rodrigo Erramuspe y el travesaño devolvió una volea de Santiago Salcedo. Y Vélez volvió a Liniers con la sensación de que la sacó barata.
Fuente: Diario Clarín.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario