Recién ubicado en la ficticia tribuna de “El rincón del hincha”, Daniel Ortiz, 35 años, acomoda detrás del para avalanchas a sus hijos, Matías y Thiago José,-luego se develará la historia de este nombre-, y comienza el repetido ritual de cada jornada futbolera: busca un hueco en el alambrado perimetral, despliega su estigmatizada bandera que porta la leyenda, “Donde estés estoy”, y finalmente cuelga el “trapo” histórico utilizando los ya desgastados piolines. Completada la rutinaria y religiosa ceremonia, Daniel me da el OK y responde el habitual cuestionario de Vélez Magazine.
1-¿Cómo, porque y quien te hizo hincha de Vélez?
Fue mi viejo, Jorge, vitalicio, quien me regaló la bendición de ser fortinero. Me asoció cuando nací y yo reiteré la secuencia con mis hijos. Me enseñó a amar al Club. En la actualidad me cuenta lejanos recuerdos de su época, venimos juntos a la cancha, y nos separamos en la puerta de la sede. El se queda en la platea norte y yo me dirijo corriendo a la popular. Sin duda, el fue el responsable de inyectarme la pasión por estos colores.
2-¿Cuál es el primer partido que guardás en tu memoria?
Tengo recuerdos borrosos, difusos, no de un partido sino de la Libertadores del 80, ver la cancha llena en los encuentros frente a River y las corridas maratónicas de Pedro Larraquy, mi ídolo de pibe. La realidad es que miraba más a la tribuna que al terreno de juego. Conservo, creo que un año mas tarde, la imagen de un gol olímpico de Babington en una derrota ante Huracán porque fue el primer cotejo al que asistí como visitante, mi primera experiencia fuera del Amalfitani, algo inusual, atípico y diferente para mi.
3-Un directivo
Don Pepe. Leí la historia y recopilé datos. El tipo edificó un imperio de la nada y dejó la enseñanza de como luchar ante la adversidad para sacar adelante al Club. Otro dirigente a resaltar es Raúl Gámez. Con aciertos y errores fue fundamental en el cambio de la mentalidad dirigencial de Vélez. Sus ciclos al frente del fútbol profesional nos llenaron de gloria. Daniel no se detiene, remarca la tarea de Chutchurru en el Dto. Deportivo y enfatiza persuadido, “Apuesto a esta Comisión Directiva joven, con nuevos proyectos. Me gusta la renovación, confió en la capacidad de Raffaini y Calello”.
4- Un jugador
Mi Dios es Chilavert. Nos dió todo, es nuestro héroe, nuestro emblema. Achicaba rivales, imponía respeto. Fue nuestro guardián y creo que es buena persona, alguien solidario. José es el segundo nombre de mi hijoThiago y lo elegí como un homenaje a su persona. Valoro también, la trayectoria de Larraquy, el futbolista que más veces defendió nuestra camiseta.
5-Un técnico
El Loco Bielsa. Lo disfrutamos poco, pero pisó fuerte en el Club. Un revolucionario, un innovador, inteligente, honesto, honrado. Dueño de una innegable vocación docente. Soy un admirador de su estilo futbolístico y de sus valores. Además no debemos olvidar que fue uno de los propulsores de esa obra magnifica que es la Villa Olímpica.
6-El gol que más gritaste
El del Turu a Belgrano, por la repentización, por la destreza. Esa conquista lo tuvo todo, adrenalina y suspenso. Amagaba, amagaba y no pateaba nunca. El festejo resulto orgásmico, estábamos al borde del titulo lo que le daba mayor valor al gol y además fue fantástico.
7-El mejor gol de todos los que viste
El de Dios a Burgos (sic). Recuerdo las caras en la tribuna, nos mirábamos y todos exclamábamos la misma frase, ¡Viste lo que hizo! Inolvidable, maravilloso. Guardo la grabación del relato de Víctor Hugo, dura como 10 minutos, y cada tanto lo escucho y acompaño su voz porque ya lo sé de memoria. Ese es el mejor gol en la historia del fútbol.
8-¿Cuál fue el partido que te generó mayor felicidad?
El de Estudiantes en La Plata. Me sentí campeón aunque debimos aguardar el desenlace de Independiente y Belgrano. El abrazo con mi viejo, mojados y congelados, fue interminable. Ese partido fue el puntapié inicial de todos los éxitos. Éramos campeones. Se acababan las cargadas, dejábamos de estar siempre relegados.
9-Tu equipo ideal
Chilavert; Macat, Larraquy, Pellegrino, Bujedo; Somoza, Cabrera, Willington (por mi papá), Bassedas; Gareca y Flores.
10-Una anécdota
Tenía 16 años, y me había mandado una gran cagada en el colegio. Como castigo mi viejo me dejó encerrado en casa, era una tarde lluviosa y Vélez jugaba con Platense en Vte López. Salí al balcón que estaba a unos 5 mts de altura, me trepé a las ramas del árbol más cercano, salté y me fui a la cancha con un primo. Todavía me retumban en los oídos los gritos de papá cuando volví. Hice muchas locuras, perdí laburos por faltar o truchar certificados médicos. Si no acompaño al equipo me siento en falta, presumo que le estoy fallando, me ahogo, me asfixio. En la actualidad, tengo una responsabilidad ante mi familia y a veces no puedo darme el lujo de poner en riesgo el trabajo, y agrega, de cualquier modo los chicos ya están amaestrados y mi señora Romina es de fierro y siempre me bancó.
Daniel relata la historia de su bandera, “La confeccionamos hace casi una década entre diez amigos, a los dos años ellos la abandonaron pero yo me enamoré y hoy es mi documento de identidad en todos los estadios. La gente la reconoce, y yo me sonrojo cuando en el interior me felicitan por la fidelidad, constancia y lealtad. La respuesta a la pregunta número 10 la completa con dos recuerdos, “En el 2002 y el 2006, en Uruguay, frente a Nacional, tuvimos que quedarnos guardados en el predio cerca de tres horas porque de lo contrario nos mataban a todos, y en el recordado partido frente a Gimnasia, el día del tumulto en la manga, el chofer del micro equivocó el camino y de no ser por la intervención de Raúl los triperos nos daban vuelta el colectivo, sostiene sonriendo.
11-Un deseo para el Centenario
Somos un Club grande, serio, envidiado, respetado, que crece día a día. La caravana ratificó esa grandeza, ese poderío. El gran regalo para los cien años sería la Libertadores. Llegó el momento de repetir, es el sueño y el premio que merecemos todos los fortineros que alentamos desde la tribuna y es el objetivo mayor del técnico, los dirigentes y los jugadores.
Vélez superó claramente a los tucumanos. Contento, Daniel enrolla prolijamente y con cuidado su bandera dejándola preparada para la próxima cita, reúne a Matías y a Thiago, se reencuentra con su papá y vuelven al hogar elogiando el brutal frentazo de Torsiglieri que significó el valioso triunfo.
Gabriel Martínez
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Hace 2 años
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