La figura de José Luis Chilavert desde la pantalla grande, y tan gigante él dentro de la cancha recibiendo una plaqueta a 14 años de su gol más extraordinario, le puso un toque de melancolía a una noche que despierta ilusión por lo que vendrá. Es innegable, por más que pueda parecer apresurado, pensar en la chapa que tiene este Vélez para pensar en grande, como se pensaba en la época de Chilavert. Otro equipo, otros jugadores, otra historia, la que está escribiendo este grupo de jugadores con pretensiones coperas como este club aprendió a tenerlas en la década del 90. Colo Colo lo padeció y no precisamente por ser un mal equipo, el tema fue cómo fue disminuido por Vélez, que aun arrancando en desventaja, le costó poco y nada darlo vuelta y pasar al frente.Como si fuese un boxeador que se cruzó de brazos y dejó que le peguen la primera piña, se acomodó y en un arrebato lo calzó un par de veces al equipo chileno y lo dejó patas para arriba. Con Moralez como wing o enganche, porque le da igual a Maxi de dónde arrancar, lo importante es que sus compañeros se le muevan un poco y él tenga ese milímetro para cambiar de marcha y desequilibrar. Lo hizo con un delicioso pase en el gol de López y varias otras ocasiones, en las que Vélez se supo el capanga del partido pese a la pequeñez de su líder.Deberá rever, también, ciertas desprolijidades defensivas, que no tienen tanto que ver con el riesgo ofensivo que el equipo asume sino con errores colectivos en el retroceso sin la pelota o individuales, como es el caso de Domínguez, quien parece estar en racha negativa: anoche, otra vez, tuvo responsabilidad en el gol del rival. Pero al margen de una etapa poco feliz del zaguero, ninguno de estos hechos adversos jaquean al equipo de Gareca, que tiene goleadores, armadores y, claro, un arquero, capaz de aparecer en tres situaciones en las que Colo Colo pudo sacarle ventaja, con dos mano a mano y el corte de un centro a media altura que bien pudo terminar en gol.Vélez quedó virtualmente clasificado, aunque algún hincha, por no quedar festivo antes de tiempo, teme a los fantasmas. Pero, tranquilo, los únicos fantasmas que dan vuelta por Vélez son los de las grandes hazañas. Como la de Chilavert...
Fuente: Diario Olè.-
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