Vélez repetía la misma situación por Copa, con uno menos y un gol abajo debía lucharla aunque sin el mismo empuje de Chile. Sin embargo a poco del final, en una buena jugada apareció Pablo Lima y en complicidad con Peratta se rescató un punto valioso.
Buenos Aires, Sábado 20 de marzo de 2010.
(Prensa Vélez Sarsfield – Estadio Marcelo Alberto Bielsa).
Quizás por el trámite de juego y por la condición que encontró a Vélez durante el segundo tiempo, se podrían trazar paralelos entre este encuentro bajo la lluvia torrencial rosarina y la fría noche chilena de copa. Porque sin dudas, Vélez se encontró en la incómoda condición de estar con uno menos en el campo de juego y que encima, te conviertan el gol de una probable derrota. El resultado final responde al mismo target de similitud, aunque el medio para alcanzar ese fin haya sido distinto; por lo menos desde lo que mostró Vélez.
Claro está que el objetivo principal está puesto en esta especie de revancha que da la Copa Libertadores de este jueves cuando se reciba en el estadio José Amalfitani al Colo Colo chileno de Hugo Tocalli; sin embargo, este Vélez alternativo, el que supo ponerle pimienta al campeonato goleando al hoy líder Independiente y vencer sin atenuantes a Lanús, viajaba a Rosario con la premisa justa de mantener vivas las chances de seguir luchando el Clausura. Por eso, Gareca sacó cuentas en la semana y acomodó el equipo de una forma en la que presentaba jugadores sólidos y de experiencia en cada una de sus líneas. Zapata no jugaría por copa y por eso se vistió de capitán; Zárate sería la referencia de ataque junto al regreso de Caruso; Domínguez ingresaba para reemplazar al lesionado Tobio. Todo de acuerdo y listo para el encuentro.
Sin embargo a Vélez, la visita a Rosario, se le puso cuesta arriba. Primero por la falta de capacidad de sentido común de adelantar el horario del encuentro, buscando una solución a la violencia (más que nada a la mafia) en el reloj. Después, porque en dos jugadas evitables de Franco Razzotti, se quedó con uno menos, apagando un poco más sus chances. Porque le faltó después de eso conexión con los de arriba para generar peligro. Porque en noventa minutos terminó generando tan sólo dos situaciones, una de Velázquez al inicio y el gol de Lima al final. Poco para un Vélez que debía buscar más.
Sin circuito de juego y con un Newell’s que hacía poco y se equivocaba mucho; el Fortín controlaba el partido sin pasar sobresaltos. Pero nada es fácil para este equipo de Gareca y Cristian Faraoni mostró una vez más la veta que tienen los jueces para juzgar a Vélez: si hay un mínimo motivo de cobrar penal, te lo cobran. Así Domínguez sin agarrarlo a Achucarro lo acompañó en su maniobra dentro del área con su brazo izquierdo totalmente extendido; por lo que vio la amarilla y también observó como Faraoni señalaba el punto del penal. Schiavi no falló y desde ahí el local cobró vida.
Una vez más Vélez debía reaccionar ante la falta de un hombre y de ir por la mínima debajo en el marcador. Sin las luces de Chile, pero con el mismo corazón y entrega. Primero fue cuidar su arco. Por eso se defendió con todo con la seguridad de Marceolo Barovero y un gran segundo tiempo de Gastón Díaz clausurando su lateral derecho ante la canchereada de un Estigarribea que sobraba el partido con algunos firuletes. Después pensó en recomponer la tenencia de balón en el medio juego. Entraron Ricky Álvarez y Ariel Cabral para ponerle equilibrio y darle aire a Víctor Zapata. Finalmente generar peligro pensando en el arco de enfrente. Buena jugada del Roly para aguantarla y habilitar la corrida tremenda de Pablo Lima que despachó un misil de zurda que se le escurrió entre las piernas a un Sebastián Peratta que se desangraba tanto como el color de su atuendo. Estruendo en aquella cabecera visitante. Un más que merecido premio para este lateral uruguayo que es un símbolo de perseverancia y lucha, de sacrificio y coraje, de entrega y pasión. Bien por Lima por estar en el momento justo y darle más que un respiro al Fortín. Vélez igualaba a poco del final, quizás sin merecerlo; pero realmente que importa si se cansan de decir que en el fútbol los goles no se merecen.
Ni siquiera la lluvia pudo detener a un Vélez que no tira la toalla, que no se da por vencido, que no quiere despedirse de la lucha por el Clausura. Un punto que vale un punto, porque no te acerca a la cima pintada de rojo; pero es un punto que a la vez vale una vida para seguir más que vivo en la lucha por el campeonato.
Vélez juega contra todos. No hay un solo rival dentro del campo de juego y es bueno saberlo. Mientras todos miran para otro lado, uno no se cansa de repetir, hay que darle “Bola” a Vélez. Nunca te deja a gamba.
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Hace 2 años
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