Revolotea por allí la paciente habilidad del gran Daniel, desparramando rivales que muerden impotentes el verde césped. Ahí va el Turco, trepándose a lo más alto del alambre para enlazarse en un mismo grito perpetuo de gol, ese que se multiplicó por los años hasta la grandeza de hoy. Con aquel purrete llamado Carlitos, que sumaba sus primeras armas con una camiseta que haría más grande aún casi con su madurez. Desde Liniers, Villa Luro, Floresta, Ciudadela, Mataderos y Versailles, se plegaron a una caravana interminable las almas velezanas enfundadas con los más sagrados colores azules y blancos.
“Cuando las caravanas fueron llegando al Fortín, alguien abrió las puertas de acceso a la cancha y, en medio de la oscuridad, algunos socios penetraron despacio en el campo. Fue un ritual espontáneo. Mientras los más jóvenes festejaban ruidosamente en la calle y en la vieja entrada de Barragán y Gaona, con todas las luces encendidas, otros caminaban lentamente en la penumbra sobre la gramilla gloriosa. No faltó quien se inclinara a besar el pasto, como cumpliendo una antigua promesa. Allí dentro, en esa oscuridad, nadie decía nada. Eran como fantasmas que trataban de revivir las tardes heroicas de Rugilo, Huss y Allegri; las magistrales jugadas de Ferraro; las interminables gambetas de Bermúdez. Todo era una gran nostalgia.
En la parte iluminada del club, en cambio, algunos jóvenes cumplían con la ceremonia de tirarse vestidos a la pileta. Otros organizaban nuevas caravanas de autos. Así se llegó hasta la madrugada del lunes 30, cuando el sueño más lindo de todos los velezanos ya se había hecho realidad”.*
Para alzarse con su primer título en el Profesionalismo, Vélez Sarsfield disputó 17 partidos, de los cuales ganó 11, empató 3 y cayó en 3 oportunidades. Marcó 44 goles (2.6 promedio por partido) y recibió 17 (1 promedio por partido). Obtuvo 25 puntos sobre 34 posibles, lo que le da una efectividad del 73.5% (se cuentan dos puntos por partido ganado). El goleador del equipo y del campeonato fue Omar Wehbe, con 16 conquistas. Lo siguieron, en tanto, Carlos Bianchi, con 7, Mario Nogara, con 6, José Luis Luna, con 5, José Solórzano, con 4, Juan Carlos Carone y Daniel Willington, los dos con 2 y Alberto Ríos y Roberto Moreyra, ambos con 1. Ese torneo fue el inicio de una historia repleta de gloria.
Aun resuenan las voces fervorosas del pueblo velezano, para siempre, desde aquel recordado Gasómetro al Mundo… “Papá Noel, papá / Papá Noel… dejó este campeonato / en el barrio de Liniers…”.
“Cuando las caravanas fueron llegando al Fortín, alguien abrió las puertas de acceso a la cancha y, en medio de la oscuridad, algunos socios penetraron despacio en el campo. Fue un ritual espontáneo. Mientras los más jóvenes festejaban ruidosamente en la calle y en la vieja entrada de Barragán y Gaona, con todas las luces encendidas, otros caminaban lentamente en la penumbra sobre la gramilla gloriosa. No faltó quien se inclinara a besar el pasto, como cumpliendo una antigua promesa. Allí dentro, en esa oscuridad, nadie decía nada. Eran como fantasmas que trataban de revivir las tardes heroicas de Rugilo, Huss y Allegri; las magistrales jugadas de Ferraro; las interminables gambetas de Bermúdez. Todo era una gran nostalgia.
En la parte iluminada del club, en cambio, algunos jóvenes cumplían con la ceremonia de tirarse vestidos a la pileta. Otros organizaban nuevas caravanas de autos. Así se llegó hasta la madrugada del lunes 30, cuando el sueño más lindo de todos los velezanos ya se había hecho realidad”.*
Para alzarse con su primer título en el Profesionalismo, Vélez Sarsfield disputó 17 partidos, de los cuales ganó 11, empató 3 y cayó en 3 oportunidades. Marcó 44 goles (2.6 promedio por partido) y recibió 17 (1 promedio por partido). Obtuvo 25 puntos sobre 34 posibles, lo que le da una efectividad del 73.5% (se cuentan dos puntos por partido ganado). El goleador del equipo y del campeonato fue Omar Wehbe, con 16 conquistas. Lo siguieron, en tanto, Carlos Bianchi, con 7, Mario Nogara, con 6, José Luis Luna, con 5, José Solórzano, con 4, Juan Carlos Carone y Daniel Willington, los dos con 2 y Alberto Ríos y Roberto Moreyra, ambos con 1. Ese torneo fue el inicio de una historia repleta de gloria.
Aun resuenan las voces fervorosas del pueblo velezano, para siempre, desde aquel recordado Gasómetro al Mundo… “Papá Noel, papá / Papá Noel… dejó este campeonato / en el barrio de Liniers…”.
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