Color. Mucho color. Calor. Mucho calor. Pero más y más nerviosismo en la tarde del Sur. Porque Lanús y Vélez salieron a jugar alrededor de las 17.20 un partido clave para definir el campeonato, con la mente en Guidi y Arias, pero con un oído en Parque de los Patricios. Una chance imperdible para los dos, a una fecha del final de un torneo apasionante.De los dos lados se sentía la ansiedad, los nervios. En el comienzo la pelota fue de Vélez, pero el equipo de Ricardo Gareca no supo hacer demasiado para vulnerar al Granate. Encontró a un Maxi Moralez sin conexión con el resto del equipo y a un mediocampo metedor, peleando todas y cada una de las divididas con el medio de Lanús, pero falto de juego. Las dos más claras fueron sendos remates del ex Racing desde afuera del área que se escaparon por poco, haciendo suspirar a los hinchas, que nunca se enteraron que hoy comenzaba el invierno.A Lanús la pelota le quemaba en los pies. Pero tuvo lo que le faltó a Vélez en ese primer tiempo: oportunismo. Moralez se equivocó en ataque y el Granate salió de contra para llegar a la primera conquista. Eduardo Salvio corrió por derecha, tiró un centro rasante y el eterno goleador, José Sand, la empujó ante la salida de Germán Montoya. Un 1-0 para los de Zubeldía muy poco merecido. Especialmente por la imprecisión y la falta de ideas que demostraban los jugadores locales cada vez que tenían la número 5 en los pies.Pese a eso, el Granate pudo irse con la ventaja al descanso. Es cierto, Vélez contó con dos claras entre el gol y el pitazo que marcó el entretiempo. Pero no pudo llegar a esa igualdad. Encima, el comienzo del complemento se puso muy negro para los del Tigre. Fabián Cubero le tiró un codazo a Maximiliano Velázquez ante la mirada del línea y tuvo que irse expulsado por Saúl Laverni en una decisión por demás acertada.Estaba todo servido para Lanús, que ante la victoria de Huracán ante Arsenal, sólo tenía a la victoria como resultado a favor para llegar con chances a la última fecha del torneo. Y con esa ventaja que consiguió en el primer tiempo salió más relajado al complemento. Quizás lo suficiente como para dejar reaccionar a Vélez, que con un hombre menos comenzó a crecer.Víctor Zapata se cargó el equipo al hombro y así Vélez emparejó las cosas. En el juego y en el resultado. Porque tuvo lo que le faltó en la primera etapa. Aprovechó que Lanús no lo supo definir y con una jugada improvisada y a los tumbos, llegó al empate. Gastón Díaz se metió en el área con una guapeada, perdió con un jugador rival, pero la pelota le quedó a Juan Manuel Martínez, quien encaró y recibió una muy grosera falta de Emir Faccioli. Penal, remate de Hernán Rodrigo López y 1-1 en el Sur.Justicia en el marcador y nuevamente ilusión para el Fortín. Vélez supo emparejar el partido y le devolvió al equipo la chance de ser campeón dependiendo sólo de sí mismo. Lanús se encontró con un cimbronazo que no pudo revertir. Sintió el golpe y recién sobre el final arrinconó a un rival con diez hombres, pero nada pudo conseguir. Nada, porque el empate lo dejó afuera de la pelea.Alivio para Vélez. Porque el color negro de la tarde en ese comienzo del segundo tiempo se aclaró, para sonreír y esperar el partido de la última fecha con Huracán con esperanzas para festejar. Liniers será el escenario de una verdadera final. A Gareca y compañía sólo les sirve ganar. Y la fiesta tendrá una V azulada.
Fuente: Clarin.-
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