La fructífera tarde velezana se empezó a vislumbrar en la primera aproximación de los de Tocalli. Fue en una pelota detenida, donde Papa encontró a un Uglessich libre de marcas quien metió el testazo al gol. Ese tanto tranquilizó a Vélez y apuró a un Boca que se vio sobrepasado por la situación de ir en desventaja.
El ataque local, se mostró acelerado, sobre todo por el lado de Mouche y chocó con la seguridad de Barovero. Entonces, Vélez comenzó a ser punzante en las enormes grietas del fondo xeneize, hoy más endeble que nunca con la línea de tres.
Para ahondar un poco más los males de Boca, en el inicio de la segunda parte, el ingresado Nicolás Cabrera armó una apilada por la derecha, ingresó al área y definió cruzado para ampliar la ventaja e iniciar su tarde encendida. Si antes el local estaba presuroso ahora la cosa urgía.
Gaitán, quien había ingresado por Dátolo, tenía la función de ser el complemento de Riquelme en la conducción, pero terminó llevando la batuta. Boca tuvo un lapsus de asedio, pero "Trapito" Barovero se mostró sólido por todos lados. Hasta que quedó un tiro libre para Riquelme en posición de derecho. La pelota dio en el travesaño, picó en zona dudosa pero de todas maneras, para el rebote estuvo Forlín, quien descontó.
Ischia decidió poner todo en busca de un empate salvador y dio aún más ventajas en el fondo. Por esto, Vélez acertó, lo definió. Fue en una buena maniobra de Cristaldo, quien se sacó un hombre de encima y le pegó al palo más cercano.
Todo parecía definido, cuando a poco del final, Gaitán la empaló para Palacio, quien metió un cabezazo al gol. Esperanza fugaz para los minutos finales, pero a Boca no le quedaba nada, Vélez terminó celebrando y dejando pareja la definición del título.
Fuente: TyC.-
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