Una nueva estrella...Liniers.-

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martes, 2 de marzo de 2010

Dos optimistas del gol

El día en que Palermo alcanzó el récord, pese a fallar un penal, Vélez y Boca regalaron un ejemplo de optimismo. El local ganaba con un cabezazo de Zapata, el equipo de Alves lo dio vuelta con goles de Monzón, el histórico del Loco y Gaitán, el Fortín no se rindió y pasó de 1-3 a 4-3 gracias a Silva, Martínez y otra vez el uruguayo, y a dos minutos del final apareció Medel para el 4-4 final. Partidazo.

Los dos venían con pálidas de la fecha pasada, a Boca le empató Estudiantes sobre la hora y Vélez perdió con Huracán. Hoy, la victoria era el único resultado positivo. Y la actitud de los dos equipos estuvo a la altura. Lo empezó ganando el Fortín, lo dio vuelta el Xeneize, volvió a ponerse arriba el local y finalmente lo empataron los dirigidos por Alves. Fue 4-4 con dos optimistas si los hay: Palermo, que erró un penal, pero metió uno y alcanzó al récord de Cherro; y Silva, dos tantos a pura potencia. Seguí leyendo la crónica del mejor partido del torneo: La batalla de Liniers.

A los 13 minutos, la yeta (o el karma, como quieran llamarlo) de Boca se hizo presente: centro frontal de Cabrera y gol de cabeza de Zapata, con una definición poco ortodoxa, pero efectiva. El volante le dio con la parte de arriba de la testa, casi con la nuca, de espalda al arco y la clavó igual. Boca sabía que no podía bajonearse y fue para adelante. Después de una falta a Gaitán, Román la movió rápido, tiró pared con el zurdo, Nico entró al área y apenas sintió el agarrón de arriba de Lima se derrumbó. Martín se hizo cargo del penal y Cherro tembló. El 9 le dio fuerte, apenas a la derecha de Montoya y el arquero de Vélez la sacó un poco con la rodilla y otro poco con la mano. El récord se hizo esperar y la remontada de Boca también, pero llegaron...

Primero, a los 36,' Monzón fue por la izquierda, metió el centro que se desvió, Domínguez se la dejó servida y el lateral le dio de una de zurda al primer palo. Golazo para el desahogo de todo Boca y revancha de Fabián que había fallado en el 1-0 del Fortín. Tres minutos después, el Pochi se la dio a Román y el 10 habilitó a Palermo, que la paró de derecha y definió de zurda. Si el de Monzón fue desahogo, este no se quedó atrás. El 9 alcanzó los 218 de Cherro, lo gritó con todo (varias veces) y se abrazó con Riquelme. El enganche había dicho que quería hacer goleador al Titán y está cumpliendo: Martín lleva seis en el Clausura. Muchas emociones para 45 minutos, muchas más en los otros 45.

El segundo tiempo no fue menos. Vélez tuvo el empate dos veces con Silva, un cabezazo que dio en el travesaño y un zurdazo que se fue cerca. Pero Boca no se quedó de brazos cruzados y a los 11' llegó otra linda jugada: Palermo se la dio a Riquelme, el 10 -de una- metió un exquisito pase para Gaitán, que definió de zurda, arriba al primer palo, para el 3-1. ¿Liquidado? Para nada, porque Silva, después de errar otro cabezazo (que sacó muy bien García), descontó y le puso un signo de interrogación al partido. Fueron dos pálidas en una para Boca, porque después del descuento del uruguayo, Palermo salió con una contractura (entró Viatri).

Se sabe que a Boca le cuesta cerrar los partidos y esta vez no fue la excepción. Rodrigo López, el Burrito Martínez y Silva se lo perdieron, pero a los 29' Maxi Morales encaró, la metió al medio y cuando parecía que la jugada se diluía, apareció el Burrito Martínez para darle de zurda y meterla abajo: 3-3. Y hay más. Pelotazo a la espalda de Luiz Alberto y derechazo cruzado de Silva que terminó adentro. Sí, Vélez lo dio vuelta. Sí, Boca otra vez con las manos vacías... No. Esperen, no se vayan. Aunque no lo crean, falta el final de la película. A los 44' zurdazo de Monzón, Montoya dio un rebote que Medel mandó a guardar y 4-4. Un gol con el sabor especial para el chileno, sin dudas. Y para Boca también. Ahora sí, levántense de la butaca y aplaudan.

El empate dejó a Vélez puntero, junto con Godoy Cruy y Colón (ambos con un partido menos). Del otro lado, al Xeneize no le sirve para el torneo, llegó a ocho puntos y sigue en mitad de tabla. Cada equipo puede hacer su análisis, pero lo cierto es que el vaso medio lleno y medio vacío es para los dos. Lo pudieron perder y lo pudieron ganar. Fue parda en La batalla de Liniers, sin vencedores ni vencidos.

Fuente: Diario Olé.-

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