De Corea a Liniers

Una historia diferente. Quizás no muy común dentro del fútbol juvenil es la del Kim Gwi Hyeon, futbolista coreano que llegó a Vélez para escribir su propia página dentro del club. Con él conversamos de su llegada al país, sus comienzos en Vélez y su anhelo de jugar en primera. "Estoy entrenando a full, como todos los chicos que quieren llegar a primera", remarca.

Una historia diferente. Quizás no muy común dentro del fútbol juvenil es la del Kim Gwi Hyeon, futbolista coreano que llegó a Vélez para escribir su propia página dentro del club. Con él conversamos de su llegada al país, sus comienzos en Vélez y su anhelo de jugar en primera.

Nació un 4 de Enero de 1990 en Corea. Sus padres y sus 4 hermanas mayores tienen su vida del otro lado del mundo. “Por suerte hoy existe Internet, los teléfonos, y no extraño mucha ya que hablo con mis hermanas y mis padres; ellos están orgullosos de mi y esperan que llegue a primera”, cuenta.

De aquel que llegó con edad de octava división a un hombre que hoy espera su oportunidad jugando en cuarta. El Sitio Oficial conversó con el futbolista oriental que vive un sueño y está a las puertas de un plantel profesional.

Quiere hacer historia. Desde su Corea natal, Kim Gwi Hyeon llegó a la Argentina hace 6 años para triunfar en el fútbol. “Fue muy raro porque yo estaba jugando en un club de allá (Nahae) y había un entrenador argentino al que se le vencía el contrato y ahí me ofrecieron la oportunidad para venir acá”, cuenta. Y agrega que “apenas llegué no entendía nada, el idioma, la gente, la comida, era todo muy diferente a lo que vivía en Corea”, recuerda.

Con su bolso lleno de ilusiones y enfrentando a una idiosincrasia totalmente diferente, Kim prueba suerte en algunos clubes de Capital Federal (entre ellos River donde estuvo un año) hasta recalar en Vélez Sarsfield, que le abre las puertas para poder probarse. Fue un Diciembre de 2004 que su suerte se transformó en ilusión y realidad a medida que pasaban los partidos con su categoría 90. “Me probé de 5, el puesto que más me gusta pero Carlos Amodeo me puso de defensor central y traté de hacer lo mejor posible hasta que al año siguiente, Julio Jimenez me probó de volante central y ahí quedé”, relata.

Pasó el Turco Asad en sexta, Pedro Larraquy en quinta y hoy el presente lo encuentra con Asad como técnico: “Estoy entrenando a full, como todos los chicos que quieren llegar a primera, se que es difícil pero siempre pienso en positivo y ahora que esta el Turco Asad las chances de poder jugar en Reserva crecen aún más, pero se que si no hago bien mi trabajo las oportunidades no van a llegar”.

Se confiesa un fanático de Javier Mascherano, referente en su puesto, pero desde que está en Vélez, Fabián Cubero, Leandro Somoza y Franco Razzotti son ejemplos en donde poder aprender. “Los admiro mucho, todos tienen características distintas y juegan muy bien al fútbol; ya tuve dos o tres prácticas frente a ellos y estuvo bastante duro” (risas).

Cuando estuvo Marcelo Herrera tuvo la posibilidad de jugar algunos partidos en reserva y este año, Omar Asad lo llevó en algunos encuentros, estuvo entre los concentrados para poder jugar pero todavía no llegó el momento: “Es un gran motivador el Turco; todos estamos muy contentos con él y espero ir de a poco y ganarme un lugar”, anhela.

Y será cuestión de esperar un poco más para ver a este volante central que comenzó despertando gran admiración por sus aptitudes físicas y sin lugar a dudas por su procedencia; hoy en la más grande de las divisiones espera su momento y su oportunidad, la que le dio Vélez, de poder soñar con llegar a una primera.

Rodrigo Ruiz.