Leandro Velázquez fue el autor del tanto agónico que le dio finalmente la tan anhelada victoria a Vélez frente al Pincha. El volante fue dueño de todos los flashes, los aplausos y las miradas; en el recuerdo a su padre que ya no está.
Hoy es muy probable que no pueda conciliar el sueño. Constantemente, con la cabeza apoyada a la almohada, vaya repitiendo una y otra vez, la jugada que derivó en la victoria de Vélez. Allí en la noche de Ituzaingó, con los ojos bien abiertos.
Leandro Sebastián Velázquez hace desde los siete años que está en el club y fue el tiempo necesario para aprender a amar estos colores, dejar todo en cada gambeta, llegar para convertir y estrecharle la derecha a la confianza del entrenador.
“Espero devolverle la confianza a Hugo (Tocalli) y seguir así”, arrancó el Bebu emocionado por la gran actuación y el gol convertido.
Un gol que tiene dueño, y que por esos caprichos de la vida hoy no lo puede celebrar estrechado en un abrazo con él. “El gol se lo dedico a mi viejo que está en el cielo y a toda mi familia”, comentó el joven volante del cual su padre seguramente se sentirá orgulloso.
Además, su camiseta ya tiene dueño. Un premio compartido. “La camiseta de este gol va para mi hermano y para mi vieja”, agregó Leandro.
Es el héroe del Fortín en la tarde de Liniers. El dueño de todos los flashes, los aplausos y las miradas. Aún no cae en donde está. Se despabila de un sueño que todavía no sabe si fue real. “No me lo esperaba, pero por suerte se me dio. Todo está saliendo muy bien así que esperemos que siga así todo”, finalizó Leandro Velázquez.
Leandro Sebastián Velázquez hace desde los siete años que está en el club y fue el tiempo necesario para aprender a amar estos colores, dejar todo en cada gambeta, llegar para convertir y estrecharle la derecha a la confianza del entrenador.
“Espero devolverle la confianza a Hugo (Tocalli) y seguir así”, arrancó el Bebu emocionado por la gran actuación y el gol convertido.
Un gol que tiene dueño, y que por esos caprichos de la vida hoy no lo puede celebrar estrechado en un abrazo con él. “El gol se lo dedico a mi viejo que está en el cielo y a toda mi familia”, comentó el joven volante del cual su padre seguramente se sentirá orgulloso.
Además, su camiseta ya tiene dueño. Un premio compartido. “La camiseta de este gol va para mi hermano y para mi vieja”, agregó Leandro.
Es el héroe del Fortín en la tarde de Liniers. El dueño de todos los flashes, los aplausos y las miradas. Aún no cae en donde está. Se despabila de un sueño que todavía no sabe si fue real. “No me lo esperaba, pero por suerte se me dio. Todo está saliendo muy bien así que esperemos que siga así todo”, finalizó Leandro Velázquez.
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