Vélez se impuso a Deportivo Italia, en Venezuela, gracias a un gol de Hernán Rodrigo López. Puntaje ideal en la Libertadores y líder en el torneo local, parece que el equipo de Gareca no quiere aflojar...
Partido aferrado a las raíces, a la corriente sanguínea italiana del origen de cada uno. En el medio de tanta colectividad tana, un fútbol chato, trabado y de poco deleite para las pupilas. Porque ni Vélez ni Deportivo Italia enamoraban. Todo lo contrario, precisamente desencantaban. Sin embargo, la sensación era que quien manejaba el oficio de la solidez era el equipo de Gareca. Y es que por más pendiente que esté Vélez de su línea defensiva, no sufre abstinencia de gol.
Porque si apuraba, liquidaba las cosas ante un equipo que no contaba con demasiados atributos, más que un Panigutti austero, sobrio y a la espera. Si Moralez y algún que otro compañero, sea cual fuere, hilvanaban por lo menos dos toques, el Fortín hacía peligrar, al menos desde la impresión, a la defensa de los venezolanos. Pero Vélez no llegó a la ruptura del marcador precisamente con el tiki tiki como simbolismo de su juego. Porque Cabrera se había perdido una increíble de contra, solito y solo abajo del arco. La única en todo el primer tiempo. No había más luz en el horizonte que una pelota parada, de esas abrepartidos, que diera tranquilidad...
Vélez es Vélez. Vélez, al igual que cuando fue campeón, necesitó de su tanque, lleno de esa gasolina que lo abastece: y no justamente el empuje de Silva; RoRo López, después de un córner y en medio de un embrollo, fue causa y efecto del triunfo. ¡Forza RoRo! De los dos clubes tanos, quien más fuerte gritó fue el argentino: con v de vittoria. A partir de ahí, Somoza y Zapata, los Don Corleone del mediocampo de la familia velezana, aseguraron los hilos. Así, Maxi estuvo más suelto y, más que sensaciones, Vélez percibió las certezas de que el partido era suyo en todo sentido.
Quizás el momento de zozobra llegó en los últimos minutos. Un par de desatenciones casi dejan el título de Cosa Nostra en Cosa Empatada. Pero Vélez no naufraga, Vélez pudo solventar bien el coraje final de un adversario que se le plantó en su campo, que le invadió el área, y en las réplicas pudo dar uno o dos golpes más: Cabral se perdió un gol hecho después de una desbordada clásica de Martínez. Gareca enardecía, necesitaba cerrar la cosa. Se quedó tranquilo. Por el aguante que el Burrito hizo arriba en los segundos finales, Deportivo Italia no se tomó una vendetta.
Fuente: Diario Olé.-
Can you input GPS coordinates into Google Maps?
Hace 2 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario